miércoles, 27 de agosto de 2014

Brevísima descripción de una legión romana.

A lo largo de los más de mil años de Historia de Roma como ciudad e imperio, su armamento varió sustancialmente. De una rígida formación de hoplitas a inicios de la etapa republicana, a una legión mucho más móvil durante las guerras con los samnitas, a las veteranas legiones marianas de César, Marco Antonio u Octavio y acabando con las legiones tardorromanas de la caída del Imperio Romano de Occidente. Voy a hablaros sobre el armamento de las legiones marianas.

Para entrar en la legión se necesitaba ser ciudadano romano, mayor de edad y pasar ciertas pruebas físicas que demostraran la fortaleza física y mental del candidato. Lo más simple que recibían era una túnica de lana o lino que se ceñían al cuerpo con un cinturón. 

Como el armamento lo recibían del Estado romano (se les descontaba del sueldo a plazos), los legionarios iban completamente uniformados, empezando de abajo a arriba, podemos decir que llevaban unas sandalias como las nuestras pero de cuero, en la tibia podían llevar unas grebas de cuero endurecido o de alguna aleación similar a las de los cascos y armaduras (mi teoría es que las espinilleras actuales vienen de las de los griegos y romanos), si bien no solía ser habitual ya que incrementaban el peso. No obstante, algunas legiones como las estacionadas en el Danubio las llevaban para protegerse del ataque de las falx dacias (más bien unas hoces rudimentarias pero de extraordinaria eficacia).

Llegando a la cintura y al tórax nos encontramos con que contaban con una armadura de cota de malla o de aros entrelazados. En época de Claudio fue implantada la lorica segmentaria (que consistía en una armadura de placas que iban unidas por el interior por tiras de cuero). Con los Antoninos se desarrolló la lorica squamata (armadura a base de "escamas", adoptada de los temidos catafractos iranios del Imperio parto). 

En las caderas llevaban la famosa gladius en el caso de la infantería o, como pasó con la caballería romana en la época imperial, la gladius hispaniensis (una adaptación de la falcata de los iberos y celtíberos fusionada con el gladius) y en el otro lado un puñal que era el hermano menor del gladius. 

Con el casco ocurría como con las armaduras, había para elegir, y para gustos los colores. Solían ser de origen galo (muy ornamentados), pero según nos vamos adentrando en el Imperio, se va simplificando el casco (debido a que empezaron a fabricar los itálicos, con lo que aumentó el pragmatismo). 

Como armas arrojadizas los legionarios disponían de dos venablos (jabalinas) llamadas pilum, una más ligera para distancias más lejanas y otra más pesada para distancias cortas, el objetivo de estas armas era de que cuando chocara con el escudo enemigo esta se partiera y debido a su peso que el que había sufrido el impacto debería abandonar el escudo o cargar ahora con un peso extra y ya estaría desprotegido ante la segunda oleada de pila o para la carga de los legionarios. Los oficiales solían llevar túnicas de color escarlata para que se les reconociera en la vorágine.

Y ya para terminar hay que hablar del scutum .Era un rectángulo hecho con tres capas de madera (generalmente roble) que se ponían alternativamente para que coincidiesen las vetas con la madera, y el revestimiento era voluntario pero convenía tenerlo para que el scutum aguantará lo máximo posible las acometidas de los bárbaros. El tamaño y la forma solía variar según la legión y el lugar donde estuviese destinada pero normalmente abarcaba desde el hombro hasta la rodilla, cosa que encajaba perfectamente con el modo de lucha de las legiones. Hay que decir que los scutum no eran planos si no que que estaban elípticos hacia dentro algo que ofrecía más protección al legionario que sostuviera el scutum dentro de la formación.



Y hasta aquí esta breve descripción de las legiones romanas de la época augusta. Os saluda Flavio Aecio Magister Militum del Imperio Romano de Occidente y leal servidor.

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